martes, mayo 08, 2007

Fugaz mirada

Decidí salir a caminar. Cogí una chompa y mis llaves. Salí de ese lugar al que llamaba hogar sin la menor idea de a dónde iba.
La mirada perdida y casi llorosa, una sonrisa que ya había desaparecido eran mis acompañantes.
Cerré la puerta y dejé atras todas esas ilusiones perdidas.
Sin darme cuenta el cielo se tornaba naranja, el sol empezaba a abandonarme y con el se iba la luz y mis fuerzas de seguir adelante.
Me senté con cierto temor en la banca casi destruida de un parque. Ppoco a poco la ciudad comenzaba a iluminarse. Cuando pense que era el momento de regresar me percaté de un joven. Motivado por el mejorar intentaba encestar. Lo observé por un buen rato. Cada movimiento, como tocaba el balón, parecía acariciarlo, quererlo. Me avergoncé de mirarlo tanto, de admirarlo.
En un descuido la pelota rodó hasta mis pies. Fue como si una estrella fugaz pasará para cumplirme mis deseos y los pedí.
La cogí esperando sentir lo que él sentía.
Se acercó. Avancé un par de pasos y se la entregué.
Por primera vez lo miraba directamente a los ojos. Y eran más estrellas fugaces las que pasaban ante mi con la promesa de que cumplirían todos mis deseos.