lunes, junio 11, 2007

Sola en su cama, sola como siempre

El reloj suena anunciando la llegada del final. El aire golpea la ventana. El olor del incienso que prendió hace mucho sigue en el ambiente. Con el cigarrillo en sus labios esboza una canción de amor.
Se ha despojado de la ropa lentamente mirándose en el espejo, queriendo estar acompañada y al ritmo de una balada ha ido recostándose en su cama. Suave y melodiosamente se acaricia. Siente en la piel lo que dejó de sentir hace mucho.
Una lágrima recorre su rostro para terminar en la almohada que siempre la acompaño, la única que siempre lo ha hecho.
No finge lo que siente, no imita lo que sintió, ni siquiera lo recuerda. Mira el techo esperando ver las estrellas, buscando respuestas a preguntas que nunca se hizo.
El tiempo avanza, el reloj se lo dice despacio al oído. Sin embargo no puede hacer mas nada que estar ahí, observándolo todo sin querer hacerlo, esperando el fin de algo que nunca comenzó.
Solo ella y su desnudez se han quedado en la cama donde soñó y nunca compartió.

4 comentarios:

Andrea Fernández Callegari dijo...

Cuantas veces la soledad de una fria habitacion incita a las desgarradora intimidad, esos sentimientos que solo podemos desnudar ante la presencia de... uno mismo... me encantan tus reflexiones, Claus :)

Erick Alvarado Carrion dijo...

nada como una pequeña historia que relaja la mente y te llevan por lugares descocidos .. super Claudia un placer conocerte ...

Gonzalo Del Rosario dijo...

"Una lágrima recorre su rostro para terminar en la almohada que siempre la acompaño, la única que siempre lo ha hecho"

Tus narraciones me proyectan hasta las lágrimas.

elextra dijo...

Interesante, muy interesante. Tu misma, tal y como eres, pura en su totalidad, y sola. Es exactamente lo que estaba pensando plantear en una de mis "dudas existenciales" que he empezado a escribir. Saludos.